jueves, 4 de marzo de 2021

LAS ETAPAS DE LA VIDA EN RELACIÓN A NUESTRAS NECESIDADES ECONÓMICAS

A pesar de que las personas tienen entre sí vidas muy diferentes, incluso en un mismo ámbito geopolítico, siempre podemos encontrar puntos de similitud entre todas ellas. Entre estos puntos comunes, sin duda, identificamos algunos patrones habituales o comunes  en el ámbito de las necesidades económicas. Por tanto, podemos desarrollar una exposición con la que, ya sea en mayor o menor medida, la gente se vea identificada.

Guiándonos en parte por el análisis de datos estadísticos podemos separar nuestra vida en diferentes ciclos, pero no olvidemos que a pesar de los datos estadísticos consultados esto no deja de ser un artículo con unas conclusiones genéricas  y con cierto grado subjetividad, y que  en muchos aspectos variarán según el individuo.

Desde mi punto de vista nuestra vida económica la podemos desglosar en las siguientes fases:

  • La primera etapa comenzaría en el instante en el que nacemos y abarcaría hasta el momento en que cumplimos la mayoría de edad. Durante el transcurso de todo este periodo realmente no tendríamos ninguna actividad u obligación económica ya que son nuestros padres los responsables de proporcionarnos todo aquello que necesitamos y de cubrir nuestros gastos. A pesar de ello, siempre resultaría interesante llevar a cabo ejercicios o practicas de ahorro para entender su funcionamiento y su importancia.
  • La segunda fase podríamos situarlas en personas que van desde los 18 a los 23 años. En este grupo se encontraría aquellas personas que tienen ya edad legal para trabajar y  poder así generar ingresos propios, sin la supervisión de ningún adulto. Sin embargo, los individuos que se encuentran en esta etapa de la vida mayoritariamente se encuentran realizando estudios no universitarios, universitarios o de post-grado. Por ello, a pesar de poder hacer frente a algunos de sus gastos suelen tener detrás a otra persona que les ayuda a afrontar el restante de sus deudas.
  • Continuando con este ciclo, nos encontramos con el grupo de sujetos que se encuentran entre los 23 y los 31 años. Las personas de este grupo ya empiezan a trabajar, es decir, a formar parte de la población ocupada y por tanto a ser económicamente independientes de sus progenitores. Aquí los ingresos que se generan se destinan a la adquisición de una vivienda o un vehículo por medio de préstamos; y una vez estos han sido amortizados, comienza el ahorro. En ocasiones este ahorro está destinado a un uso próximo, pero también puede estar planificado para un uso futuro más lejano, como es el caso de los planes de pensiones.
  • De esta fase pasamos a la siguiente que está integrada por personas cuya edad oscila entre 31 y 55 años. En esta etapa la gente es cuando comienza a formar una familia, proyecto al que normalmente se destinan esos ahorros que mencionaba en el párrafo anterior. Tenemos que pensar que a partir del nacimiento de los hijos los ingresos generados por la unidad familiar son los mismos y se dividen entre más miembros, disminuye la renta por individuo de la unidad familiar. A partir del momento en el que las personas tienen hijos a su cargo aumentan sus responsabilidades  en distintos ámbitos, y  por supuesto en el ámbito económico que es el que nos preocupa en este artículo. No obstante, esto no debe implicar que dejemos de ahorrar, sino todo lo contrario, es más que recomendable destinar parte de nuestros ingresos con la finalidad de crear un colchón, fondo o reserva que nos garantice cierta estabilidad económica y capacidad de hacer frente a imprevistos sin poner en riesgo la economía familiar.
  • Tras este tramo del ciclo nos hayamos ya en el que discurre entre los 55 hasta los 65 años. En este es posible que aún tengamos que hacernos cargo de los gastos originados por nuestros vástagos, pero ya dependerá de cada familia en particular. Aún así nuestra economía cambiará porque nuestros ingresos probablemente sean más elevados que al comienzo de nuestra vida laboral y porque nuestra situación financiera será más solvente al encontrarnos con menos o ninguna deuda a la que hacer frente. Entonces llega el momento de ahorrar de nuevo o de incrementar el porcentaje de ahorro si ya estábamos ahorrando (seguramente ahora manejando mayores cantidades de dinero resultado de mayores ingresos y de la disminución de gastos). Este ahorro estará destinado a nuestra futura retirada del mercado laboral. 
  • Tras la jubilación del individuo, este se embarca en la última etapa de este ciclo. Las personas que se encuentran en esta fase son aquellos que tienen 65 o más años, y en esta misma se hallarán hasta el fallecimiento del sujeto. Durante el transcurso de esta etapa cada uno de los miembros que están en ella no tiene más obligaciones económicas que las que genera vivir, generalmente no tienen personas a su cargo y tienen un nulo endeudamiento. Por lo que podrán destinar todo su capital a realizar las actividades que deseen.

Después de esto queda demostrada la utilidad y la importancia que tiene la economía personal, es decir la planificación de nuestros gastos e ingresos, a través de herramientas como el presupuesto familiar y el ahorro, sobre todo al relacionarlo con las diferentes etapas de la vida, ya que como hemos señalado encontramos en ella una herramienta muy beneficiosa para lograr mejorar nuestro bienestar y nuestro nivel de vida.



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