Nuevo día, nueva entrada. En esta ocasión nos vamos a sumergir de lleno en el mundo de los intereses y de lo que los rodea pero, para poder llevar a cabo una lectura comprensiva, vamos a comenzar por tener bien claro el concepto de tipo de interés, porque ¿Qué es es tipo de interés?
Bien, el tipo de interés o tasa de interés es el precio del dinero, es decir, es el precio a pagar por utilizar una cantidad de dinero durante un tiempo determinado. Su valor indica el porcentaje de interés que se debe pagar como contraprestación por utilizar una cantidad determinada de dinero en una operación financiera.
Ahora que sabemos esto, vamos a pasar a ver los diversos tipos de intereses que nos podemos encontrar: interés fijo, variable y mixto.
- Interés Fijo: es aquel en que el valor establecido del tipo de interés se mantiene inalterable durante todo el tiempo que dure la inversión o préstamo.
- Interés Variable: es aquel en que el valor establecido originalmente del tipo de interés puede tener variaciones durante todo el tiempo de vida que dure la operación financiera.
- Interés Mixto: se denomina interés mixto a aquel en el que el valor establecido del tipo de interés tiene una parte fija y una parte variable que puede tener variaciones durante el periodo de tiempo que dure la operación.
- El interés simple se calcula para pagos o cobros sobre el capital dispuesto inicialmente en todos los periodos considerados. Es un tipo de interés no capitalizable, no aumenta el capital inicial invertido. I= C x i x t.
- El interés compuesto es aquel interés generado en activos monetarios que se va sumando al capital inicial y sobre el que se van generando nuevos intereses. Los intereses generados se van sumando periodo a periodo al capital inicial y a los intereses ya generados anteriormente. Es decir, en el cálculo de interés compuesto se van sumando los intereses al capital para producir nuevos intereses. Cf= Ci (1+i)ᵗ
La diferencia entre el TIN (tipo de interés nominal) y la TAE (tasa anual equivalente), es que el TIN es el precio que la entidad cobra por prestar o que paga por depositar. La TAE incluye además del TIN, los gastos y comisiones asociados a los productos.
Llegados a este punto seguramente nos surgirá una pregunta, ¿por qué es importante conocer todo esto? Mi respuesta es la siguiente: conocer los conceptos y el funcionamiento de los tipos de interés nos resultará útil para saber lo que nos va a costar un préstamo o lo que ganaremos con los depósitos que tengamos en el banco.
Por tanto, será muy recomendable fijarnos en la TAE siempre que haya que realizar una operación financiera, además, las entidades financieras están obligadas a publicarla (aunque en muchas ocasiones sea en la letra pequeña). Fijándonos en el TAE podremos comparar los dos o más productos llevándolos al mismo escenario temporal y escoger la que mejor condiciones nos ofrezca.
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